Mi obra tiene como uno de sus rasgos más definidos el trabajo desde el campo expandido de la escultura en los límites del espacio construido. En los últimos años he realizado obras diseñadas específicamente para el entorno arquitectónico donde se ubican, que investigan la idea de convertir el tránsito por una sala convencional en una experiencia sensorial. Es una línea de trabajo desde la que me interesa investigar nuevas formas de creación y comunicación, incluyendo la participación colectiva.
El espacio que se produce en torno a la escultura, entendiendo ésta como límite o frontera entre dos versiones de un mismo lugar es la materia prima que construye la obra. En el proceso de realización de la misma se altera la relación entre el dibujo preparatorio y obra final invirtiendo en muchos casos la naturaleza matérica de ambos elementos para incidir en el significado de la escultura como proceso mental.
La mirada del espectador es clave en mi trabajo, una mirada no inocente, cargada de historia personal y memoria colectiva. Requiero una participación activa del espectador que re-crea la obra cuando sale del taller, en el momento de su presentación al público. Busco con este proceso elaborar puntos de encuentro, formas de tocar al otro. Me gustaría aportar con mi obra elementos para subvertir la percepción de la realidad que nos rodea, la más cercana con el fin de encontrar nuevas formas de comunicación colectivas. Construir lugares que constituyen un reflejo, en constante evolución, de las personas que lo habitan, de sus decisiones, de su percepción del tiempo, de su comportamiento, de su temperatura corporal o de su estado anímico.
El arte como socialización del espacio y como fuente de una nueva lectura de la realidad en base a esa vivencia colectiva del espacio.